En el seno de la distopía - Es Baluard*



Es Baluard Museu d’Art Modern i Contemporani de PalmaPl. de la Porta de Santa Catalina, 10. Palma

Ballard Baluard
Comisarios: Begoña Méndez y Nadal Suau
Hasta el 17 de marzo
Ellos y nosotros Comisaria: Nekane Aramburu
Hasta el 3 de febrero
Colección permanente 2018 Comisaria: Nekane Aramburu
Hasta el 6 de enero


El ser humano lleva tiempo habitando el desbordamiento, sobrecogido ante la desmesura y completamente alienado por el exceso. Aquel estremecimiento romántico provocado por la inconmensurabilidad de la naturaleza ha mutado hacia el desasosiego permanente por nuestra propia incapacidad para procesar la desproporción de estímulos e información que sufrimos, para gestionar la gran cantidad de falsas necesidades y expectativas impuestas, cuya frustración nos provoca una constante infelicidad. Los montajes expositivos que realiza Nekane Aramburu, directora y comisaria habitual de Es Baluard, apelan a esta exuberancia turbadora donde nos sobrepasa la exagerada profusión de piezas y su deliberada ubicación disruptiva que deja en evidencia la alienación contemporánea que padecemos. En esta ocasión, el museo, alberga tres propuestas interconectadas que en realidad se convierten en una reflexión múltiple sobre utopías y distopías, sobre presentes y futuros. 


Ese porvenir incierto es el que contienen las novelas de Ballard que tratan temas como la ofuscación tecnológica, el cambio climático, la violencia, el accidente, la obsesión y el sexo. Los comisarios de la muestra “Ballard Baluard”, Begoña Méndez y Nadal Suau, acompañan su selección con dos textos que, en sí mismos, se convierten en piezas. Configurada desde una perspectiva críptica, crítica, retadora, estimulante y compleja, la propuesta despliega una sutil interrelación entre cada una de las obras que la componen. Como si de un signo premonitorio y desasosegante se tratara, apenas una señal pero de extraordinaria importancia, la “Pluma negra” de Marcelo Viquez establece el eje de una composición por acumulación que también contiene un dibujo de Amparo Sard: una metáfora perfecta de ese ser traspasado, perforado, trepanado por una era de la información, de la globalización y de la hipervinculación, que lo va vaciando de contenido a la vez que lo desposee de su intimidad. 


Una intimidad que se hace pública en las fotografías de Diana Coca, donde la artista combate los estereotipos femeninos en un escenario abierto en el que aparece como una muñeca rota, un fetiche erótico y objetualizado que cosifica a la mujer mientras establece los elementos de control patriarcal contra los que lucha. La instalación “Voy a esconder las pruebas, apagar la luz, olvidar lo que ha pasado y ver El planeta de los simios” de Ruíz de Infante, es la pieza que, con una mención expresa a la distopía especista y a la utopía animalista, conecta esta exposición, física y conceptualmente, con las otras propuestas del museo. Así, en el marco de la revisión “Colección permanente 2018”, se halla una pieza de “Motorland” de Xisco Bonnín, un proyecto en el que el individuo se diluye entre esos “no lugares” del delirio del progreso compuestos por una desproporción de bloques de viviendas, autovías frenéticas y tendidos eléctricos; junto a esa obra se sitúa la maqueta del conocido “Device to Root of Evil” de Oppenheim con el que el artista desea exorcizar este mundo endemoniado, clavando en la tierra, por su campanario, una iglesia invertida.


Porque si algo ha convertido en diabólico y distópico a nuestro planeta es la acción humana. Ello queda patente en la muestra “Ellos y nosotros” donde el confronto entre nuestra especie y los animales produce el resultado previsible. De eso da buena cuenta la exquisita e inquietante instalación performática de Veru Iché que reflexiona sobre la violencia del hombre; el constante dedo en la llaga de Rosalía Banet que deja en evidencia los horrores y las desmesuras de esta sociedad que hemos construido entre todos; el análisis crítico, incisivo e irónico que Juan Luis Moraza lleva tiempo desarrollando sobre el trabajo y la relación y proporción entre los medios de producción, de vida y su necesidad; o el permanente sarcasmo político-artístico de Levi Orta que nos enseña las ridículas estructuras de la realidad. Quizás, como criticaba Beuys, tenemos una excesiva tendencia a intelectualizar el arte contemporáneo, a explicarles a las liebres muertas lo que ya sabían gracias a su intuición, pero eso, sin duda, también es algo propio de los humanos.


*Publicado en ABC Cultural de 3 de noviembre de 2018.

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