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Joel Shapiro - Cayon |
“Mallorca y Menorca. Días de verano y arte”*
Fernando Gómez de la Cuesta
Con la llegada del verano, desde hace algunos años, las Baleares se convierten en uno de los puntos neurálgicos de la creación contemporánea. Alrededor de la evidente convergencia de visitantes y flujos económicos que coinciden en las islas durante el periodo estival (a veces con su punto de desmesura) se ha ido generando una oferta artística cada vez más amplia que, de alguna manera, aprovecha estas sinergias y sitúa a esta comunidad como uno de los nódulos periféricos más activos en la descentralización de la programación cultural de nuestro país a la vez que se constituye en un reclamo estimulante para viajeros nacionales y extranjeros.
Es cierto que esta evolución ha sido liderada desde una iniciativa privada que ha sabido leer, con mayor o menor fortuna, las posibilidades que el peculiar escenario balear ofrece durante estos meses de calor y ocio: un emplazamiento extraordinario y atractivo que está situado a golpe de avión de las grandes capitales europeas. Desgraciadamente, las instituciones y administraciones públicas no han sido tan sensibles con las posibilidades que ofrece su propio territorio, siendo incapaces de aprovechar estas dinámicas para captar recursos y dotar de presupuestos suficientes (y dignos) los proyectos estables y las programaciones necesarias que deberían beneficiar a todo el tejido contextual, procurando retroalimentaciones y crecimientos.
Fruto de esta situación comparecen en las dos islas mayores instituciones públicas con una actividad de escasa tensión, proyección y repercusión, como puede ser la del Casal Solleric, la Fundació Miró Mallorca o el Institut d’Estudis Baleàrics, mientras que Es Baluard es la única que mantiene el pulso programático gracias a propuestas como las que ahora mismo tienen lugar en el museo: la individual de María Ruido titulada “Las reglas del juego”, la revisión de la colección propia que articula “Personae. Máscaras contra la barbarie” o el proyecto que repasa la trayectoria del colectivo Mal Pelo.
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Susy Gómez - Horrach Moyà |
Como hemos señalado es la iniciativa privada (y sobre todo su nutrido sector galerístico) donde se concentra la mejor oferta expositiva. Prueba de ello son algunas de las propuestas que contiene el recién inaugurado Art Palma Summer, un evento de la asociación de galerías Art Palma que cuenta con una destacable programación. Digna de mención es “Quantum” una muestra que tiene lugar en Horrach Moyà y que recoge la reciente incursión pictórica de Susy Gómez, unos cuadros meditativos y bellos que buscan explorar los propios límites para activar, transformar y empatizar, desde el pensamiento y la contemplación, nuestra relación con nosotros mismos y con nuestro entorno natural y humano.
Ana Laura Aláez - Pelaires |
Otras galerías palmesanas se han decantado por un formato que reúne a dos artistas en cada uno de sus espacios expositivos. En ese sentido llama la atención la interesante sinergia que se produce en Pelaires entre “La reflexión exterior” de Rebeca Horn y la maravillosa “La naturaleza no está de nuestra parte” de Ana Laura Aláez. Ambas artistas apelan a obras recientes y a otras de diferentes momentos de sus trayectorias para establecer una singular metáfora de la contemporaneidad y de nuestro vínculo con la naturaleza. En la Galería Kewenig también se encuentran dos creadores muy singulares: por un lado las exquisitas meta-pinturas de Kimsooja y por otro los dibujos expandidos y lacerantes del uruguayo Marcelo Viquez, una combinación arriesgada que se sustancia de una manera idónea gracias a la indudable solvencia de ambos artistas.
Marcelo Viquez - Kewenig |
Al igual que sucede en las dos anteriores galerías, el espacio dirigido por Xavier Fiol recurre a un par de creadoras para construir su propuesta, en este caso con un trabajo curatorial aplicado que da forma a un proyecto expositivo conjunto a partir de las obras individuales de ambas. En “Que tu dolor te sane” las inquietantes y poéticas piezas de Mariú Palacios entran en simbiosis con las obras delicadamente bellas, aunque de concepto posicionado y sólido, de una Cecilia Paredes de la que, en esta ocasión, destaca su trabajo dibujístico.
Una buena noticia acompañada de una exposición (que funciona a la manera de declaración de intenciones) termina de redondear este itinerario por Mallorca. Se trata de la apertura de la Galería Fermay dirigida por Toni Ferrer, un nuevo espacio que, como muestra inaugural, nos ofrece una colectiva donde participan algunos de los artistas con los que comienza a colaborar: Carla Arocha, Stéphane Schraenen, Alejandro Corujeira, Janice McNab, Alex Hudson, Martín del Pozo, Damaris Pan, Evi Vingerling, Nadia Naveau, Nadia Barkate, Sebastien Pauwels, Julia da Mota, Elisa Braem y Julio Varela.
Rashid Johnson - Hauser and Wirth |
Si bien es cierto que la programación mallorquina se mantiene de una forma estable durante todo el año, la actividad en Menorca sí que deja notar el cambio de estación. Prueba de ello es la excelente exposición “Sodade” de Rashid Johnson para el espacio de Hauser and Wirth en Illa del Rei, un lugar rediseñado con éxito por el arquitecto Luis Laplace. En la muestra recién inaugurada, el artista americano parte de un proceso creativo íntimo que se inicia desde todo aquello que le emociona y le inquieta, desde aquellos estímulos que le inspiran y que le condicionan en una búsqueda de la belleza que es compartida a través de unas obras que dejan en evidencia sus delicadas y acertadas pretensiones estéticas. En coherencia con el contexto que le acoge, Johnson no busca ningún posicionamiento social ni colectivo, no hay en sus piezas ninguna reivindicación explícita, sino que su propuesta se centra, más bien, en una reflexión individual y autónoma que transita por sus propios caminos creativos.
Rosell Meseguer - Sant Antoni de Mahón
La exposición de Hauser and Wirth aparece acompañada por otras dos propuestas de calidad para sendos espacios menorquines. En la individual de Joel Shapiro para la sede isleña de la Galería Cayon destaca la instalación que ocupa la sala principal del antiguo teatro que alberga la muestra, así como la incorporación al proyecto de algunas esculturas de Julio González que se relacionan convenientemente con la obra de Shapiro. Por último, la extensión en Menorca de la longeva investigación sobre arquitecturas defensivas de la artista Rosell Meseguer, también justifica una visita a la Sala Sant Antoni de Mahón. Una etapa final para completar este apetecible recorrido insular de verano y arte.
*Artículo publicado en el ABC Cultural de 23 de julio de 2022.
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