"El ojo desarmado" - Casal Solleric - Palma

“El poder en el punto de mira”*

Fernando Gómez de la Cuesta

 

El ojo desarmado

Casal Solleric

Passeig del Born, 27. Palma

Hasta el 31 de julio de 2022

Comisaria: Nerea Ubieto

 

Produce cierta tristeza el transcurrir errático del Casal Solleric en los últimos años, una especie de ensimismamiento que ha ido restándole, poco a poco, la tensión de una programación continua y de calidad, el interés del público y la necesaria proyección de su actividad en el contexto de la creación contemporánea. Es verdad que los argumentos esenciales de las deontologías y de las buenas prácticas, en algunas ocasiones, son deformados y vaciados de contenido por una aplicación más aparente que real, a veces incluso tramposa, pero nunca debemos perder de vista que la exigencia de su cumplimiento no responde al mero capricho sino a una necesidad que redunda en beneficio de aquello que se está haciendo. No es un simple antojo que se pida que las instituciones presenten su programación de forma clara, pública, anual y con la suficiente antelación, ni tampoco la exigencia de que los concursos de dirección no sean decididos por un jurado de afines que eligen a otro afín, ni que las programaciones se construyan, casi en exclusiva, a base de convocatorias precarias, sin ningún plan director ni proyecto público que permita saber cuáles son las líneas de investigación, los criterios y, sobre todo, los objetivos que persigue un centro. De todo ello padece el Solleric: unas patologías que le llevan a tomar decisiones extrañas como organizar dos individuales de un mismo artista en un corto espacio de tiempo, o dar tumbos programáticos que impiden que el público tenga una mínima certeza previa sobre aquello que se va a encontrar, incluso que su actividad parezca, como suele parecer, fruto de la improvisación, del amiguismo o de la mera ocurrencia y no tanto del conocimiento, del trabajo aplicado y de la necesaria investigación.

 


En este contexto, digamos, poco amable, a veces comparece algún proyecto que excita e incita a la esperanza. Esa es una de las maravillas de la creación: que es capaz de crecer en cualquier parte. Los comisariados de Nerea Ubieto siempre se caracterizan por un sólido desarrollo conceptual y por una excelente selección de artistas y obras, dos elementos que concurren también en esta ocasión. Empecemos por el principio: resulta muy hábil el recurso de Ubieto de acercar el prisma de su análisis, no a las víctimas -ni tan siquiera al hecho en cuestión o a los ejecutantes del mismo- sino a las estructuras de poder y a todos aquellos órganos de decisión -y personas- que tienen el código de dominio, que tienen la posibilidad de mantener la situación anómala pero que también poseen la capacidad de corregirla y subsanarla. Este inteligente criterio provoca un efecto de “girar la mirada” hacia lugares donde no siempre fijamos nuestra atención: espacios de decisión que, en muchas ocasiones, comparecen protegidos u ocultos, pero en los que también se puede activar un cambio real mientras se fomenta una manera crítica de ver y de hacer. Ubieto parte de la constancia cierta del sistema patriarcal y machista que sufrimos para demoler lo establecido y evitar su integración en aquello que damos por asumido, es decir, impedir que se perpetúe la normalización de lo que en realidad es aberrante. Para ello realiza una selección de artistas y de obras que, además de poner al poder en su punto de mira, emplean, en la mayoría de los casos, un lenguaje tan frontal, directo y violento como aquel del que se sirve lo que pretenden combatir.  

 


Claro ejemplo de esto último es la nueva activación del proyecto “No violarás” de Regina José Galindo que nos recibe desde el exterior del centro expositivo, una obra imbricada en el espacio público que interpela y condiciona al espectador justo antes de que acceda al Casal Solleric. Ya en el interior otra pieza icónica reclama nuestra atención desde la misma entrada a la sala, una vídeo-acción de 2008 de la artista Cristina Lucas y que responde al título de “Habla”. En ella, la propia Lucas, se encarga de destrozar, maza en mano, una réplica del colosal “Moisés” de Miguel Ángel, estableciendo una analogía evidente con la necesaria demolición de los conceptos más monumentales del patriarcado, un trabajo extraordinario. Otra de las obras destacadas es la serie de dibujos “¿Qué tienes en la cabeza?” de Olalla Gómez Valdericeda, una pieza que sirve como detonante conceptual de todo el proyecto y que fija su atención sobre todas esas convenciones culturales que afectan al lenguaje y a nuestra sensibilidad, condicionando negativamente nuestros actos y nuestra percepción de las cosas. También nos encontramos con la demoledora capacidad crítica y de (auto)cuestionamiento de Núria Güell y su vídeo “Una película de Dios”, ubicado entre el documento y la acción que se posiciona y nos remueve. Igualmente devastadores resultan los otros dos vídeos que completan la propuesta: “Cañón de carne” de Valeria Andrade y “A Room with a View” de Shoja Azari. Por último, la investigación sobre las nuevas masculinidades de Marta Pujades, la irónica mirada, sarcástica e inteligente, de David Martín y el espacio de reflexión y meditación habilitado por Arantxa Boyero, terminan de dar forma a una exposición que hubiese requerido de algo más de espacio físico para poder desarrollarse en las condiciones que el talento de los artistas y de la comisaria merecen. 


*Publicado en ABC Cultural, 7 de mayo de 2022.   

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