Marta Blasco. Obras 2004-2012.



El virtuosismo del concepto y de la calma


Marta Blasco, Obras 2004-2012.
Casal Solleric, Palma.

Sumidos como estamos en este ritmo trepidante que nos tiene desbordados, apenas prestamos atención a nada, hemos perdido la capacidad de esforzarnos, de concentrarnos, de buscar y de entender; todo lo que no asimilamos con facilidad queda descartado, lo obviamos por sistema. Y es que uno de los males más evidentes de esta contemporaneidad es esa vacuidad frenética de la mirada, nuestra vista se desplaza a la misma velocidad y con la misma falta de rigor con la que se mueve el mundo, nuestra capacidad de concentración ha quedado reducida a la mínima expresión, ni vemos ni queremos, tan sólo necesitamos nuestra dosis de millones de imágenes por minuto para calmar nuestros nervios (ópticos).   

Marta Blasco es una virtuosa, y es precisamente ese virtuosismo, ese derroche técnico, el que puede hacer que pase inadvertido el concepto que subyace bajo su obra. Esta exposición, para el espectador poco atento, podría convertirse en un precioso paseo por unas piezas de estética inaudita, una propuesta donde se derrocha pericia y belleza; pero bajo esa factura exquisita, bajo esa apariencia rotundamente delicada, algo inquietante va surgiendo, algo que nos envuelve hasta poseernos. La artista trata de hacernos dudar, se cuestiona la contemporaneidad –arte incluido- y se empeña en que nosotros también nos la cuestionemos. 

Blasco construye su crítica sobre lo comúnmente aceptado, por eso decide enfatizar en su obra los estereotipos femeninos, hacerlos patentes para dejar en evidencia su estupidez; por eso dibuja y cuando dibuja lo hace en gran formato, dándole la categoría de obra final, mientras que sus óleos abocetan, a posteriori, ese gran y concluyente dibujo; por eso sus planchas de cobre, trabajadas a la manera negra, se convierten en piezas expuestas, a veces, incluso vírgenes de tórculos y prensas; por eso coge iconografías clásicas y les da la vuelta. Marta Blasco hace lo que quiere y lo que debe, por eso nos gusta.

*Publicado en la revista "art.es" nº52 de diciembre de 2012.

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