-*Texto para el doble catálogo de los proyectos "Pride" y "Proud" de Gori Vicens en la Galería Fran Reus de Palma, junio de 2012-
Pedro Vidal + Gómezdelacuesta
I have a dream
-Un texto con imágenes en formato de texto (I)-
Dos meses después de que, en algún paritorio de Son Dureta, se escuchase el primer grito de guerra de Gori Vicens, sonó un disparo que intentó silenciar a uno de los mayores activistas que ha habido en pro de la defensa de los derechos civiles. Martín Luther King fue asesinado, pero sus ideas habían llegado para quedarse.
Yo tengo un sueño, que mis cuatro hijos pequeños vivan un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter. ¡Yo tengo un sueño hoy![1]
La política y el capital, el poder y los poderosos, son superestructuras inalcanzables, inteligentes y manipuladoras que fagocitan cualquier mecanismo de resistencia con la habilidad sibilina de un encantador de serpientes, sin que su víctima apenas lo perciba, desposeyéndolas del efecto que pretendían, convirtiéndolas en inocuas, extendiéndolas sobre el suelo y poniéndolas a su servicio, pisoteándolas o volviéndolas en contra de lo que defendían. Quizás algo de eso esté ocurriendo con el 15-M, quizás algo de eso ocurrió con las Gay Pride Parades, o con el Rolling Thunder, y quizás algo de eso ocurrirá con cualquier otra cosa que se anteponga en el despiadado camino del gobierno global, el poder casi siempre vence y, para nuestra desgracia, casi siempre son los mismos.
Los disturbios de Stonewall, sucedidos el 28 de junio de 1969, no fueron casuales. América –el mundo entero- era una olla a presión, las revueltas contra la Guerra de Vietnam, la contracultura de los sesenta, la lucha por los derechos civiles de la población afroamericana, hacían hervir el planeta. En una de tantas “redadas controladas” que tenían lugar en el conocido bar Stonewall Inn sucedió lo inesperado –o quizás ocurrió lo previsible- de una forma espontánea, no planeada, se dijo ¡no!, un ¡no! alto y claro, un intento rabioso y desesperado de la gente por recuperar su dignidad, saliendo a la calle, la emblemática Christopher street, donde miles de personas terminaron por ocupar todo el barrio. Lo invisible se volvió visible.
Allí donde el aire es libre, seremos lo que queramos ser.
El poder es sutil. Primero da vueltas alrededor de las estructuras de oposición, las estudia, asimila sus puntos fuertes y descubre sus defectos; después se infiltra, va haciendo suyos los mecanismos y los resortes, deja que se vulgaricen, anula su factor sorpresa, los vacía de contenido y terminan siendo meras caricaturas de ellos mismos. Por el camino se pierde el orgullo verdadero y la reivindicación, la lucha y el inconformismo, se pierde la idea y el fundamento, al final, el orgullo de pertenecer y reivindicar se trastoca por el orgullo de aparentar, de exhibirse, mientras todos, incluso los más rebeldes, terminamos poniéndonos al servicio de aquello que, en principio, habíamos contestado.
El primer aniversario de los incidentes de Stonewall se celebró, un año después, con la primera marcha del orgullo gay de la historia. Fue el nacimiento de la Gay Pride Parade.
Hace 40 años los clientes y simpatizantes del Stonewall Inn de Nueva York resistieron un acoso policial que se había convertido en algo muy común para los miembros de la comunidad lésbica, gay, bisexual y transexual (LGBT) de nuestro país. Debido en parte a la determinación y la dedicación de este movimiento, hoy más que nunca, más estadounidenses están viviendo sus vidas abiertamente. Me siento orgulloso de ser el primer Presidente de los Estados Unidos en nombrar abiertamente candidatos LGBT para puestos del Senado y que hayan sido confirmados en los 100 primeros días de esta administración. Ahora, por lo tanto, yo, Barack Obama, Presidente de los Estados Unidos de América, en virtud de la autoridad que me invisten la Constitución y las leyes de los Estados Unidos, proclamo por la presente, junio de 2009, mes del Orgullo de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales. A la vez que hago un llamamiento a la población de los Estados Unidos para dar marcha atrás a la discriminación y los prejuicios en todas partes donde existan.[3]
Gori Vicens lleva años recogiendo imágenes de las últimas Gay Pride Parades de medio mundo y lleva un tiempo preguntándose qué es lo que queda en ellas de verdadera reivindicación, se interroga sobre cuál es el contenido actual de estas celebraciones y sobre qué hay de contestación y qué de acto meramente institucional. Gori Vicens se plantea qué es ética y qué estética, qué hay de apariencia y qué de contenido. Gori Vicens hace fotos y deja que nosotros saquemos nuestras propias conclusiones. Él, seguramente, ya sacó las suyas.
Orgullo y heridas
-Un texto con imágenes en formato de texto (II)-
Silencio... cientos de motoristas heridos en lo más profundo de su orgullo hacen rugir sus Harley’s... Mayo de 1998, Washington, Gori Vicens cubriendo para la agencia de fotografía Cover el desfile conocido como Rolling Thunder, donde se reúnen cada año patriotas de todo el país en uno de los actos más populares de los que se celebran para conmemorar el Día de los Caídos en el último fin de semana de mayo. Recorren el puente que une el cementerio de Arlington –Virginia- con Washington para terminar frente a un emblemático muro, el Vietnam Memorial, que recuerda los nombres de los soldados que fallecieron en la Guerra de Vietnam. Es el Memorial Day, miles de banderitas ondean por las calles y los hoteles de la capital cuelgan el cartel de No vacancy.
El orgullo permanece, pero las heridas ya no son tan evidentes. El reportero gráfico, el documentalista, captura los hechos, lo que tiene delante, pero nunca es del todo objetivo, aunque lo pretenda, nadie es completamente objetivo, no se puede ser absolutamente imparcial. Elegir el tema, encuadrar, disparar, son elecciones voluntarias, más o menos intuitivas, más o menos espontáneas, que condicionan el resultado final. El carácter del fotógrafo, su manera de pensar, la forma elegida para mostrar el resultado, el contexto donde se hace, también contribuyen a marcar una intención, ningún creador es absolutamente inocente, nadie es absolutamente inocente, nada es casual, todo es causal.
Silencio... ¡qua nong, qua nong! grita una niña ¡demasiado caliente, demasiado caliente! mientras corre desnuda y se abrasa... Junio de 1972, aldea de Trang Bang –Vietnam- Nick Ut cubriendo la guerra en aquel país para la agencia de noticias Associated Press[1]. Había llegado cerca de la aldea, centenares de refugiados huyendo, mediodía, fotógrafos tomando posiciones a la espera del próximo bombardeo. Más silencio. Washington había ordenado bombardear con Napalm.
-¿Hueles eso? ¿Lo hueles verdad?
-¿Qué es?
-Es Napalm. Nada en el mundo huele como eso. Me gusta el olor a Napalm por la mañana. Una vez, durante doce horas, bombardeamos una colina y al acabar subí. No encontramos ni un cadáver de esos amarillos de mierda. Que pestazo el de la gasolina quemada. Aquella colina... olía a... a victoria… Algún día acabará esta guerra.[2]
Gori Vicens se mueve entre la realidad y el tiempo, nos enseña su visión de un momento concreto, su mirada es documental, quizás periodística, su objetivo es mostrarnos lo que él ha vivido y lo que se está viviendo. Desde 1998 se interesó por captar el orgullo, pero poniendo su punto de mira en su carácter estético, epidérmico, como la historia contemporánea que es más imagen y superficie que profundidad y calado. Así, nuestro fotógrafo intuitivo y visceral, maneja el concepto del orgullo como si de un artista se tratara, quizás sin pretenderlo del todo. Cada imagen por sí misma es una crítica al sistema, a la utilización de los sentimientos de todo un pueblo, de toda una nación, a cómo el poder, siempre el poder, hace que la gente conserve ese orgullo que le es útil, mientras va vaciando de contenido, de forma sibilina, las heridas que lo provocaron y que ya no le interesan. Una crítica a los intereses políticos, sociales y económicos, a la profunda y negra pandereta universal.
Silencio… En sus marcas, preparados, listos… ¡ya! julio de 2012, no sería extraño ver a Gori Vicens, cámara en mano, en las Olimpiadas de Londres, fotografiando, no a los deportistas, sino a todos los patrocinadores de los Juegos de este año, entre ellos a los representantes de la Dow Chemical Company –más orgullo- responsable de la fabricación del Napalm y del Agente Naranja –más herida- compuestos utilizados en la Guerra de Vietnam como armas de destrucción masiva, aún hoy sus efectos hacen estragos entre la población, lo sabemos por las miles de imágenes de niños con malformaciones que circulan por la red. Da lo mismo, estamos en el siglo XXI.
Gori Vicens se huele que algo no funciona, el paso del tiempo, seguramente, le dará la razón. La actualidad ya se la está dando, aunque todo es relativo. Esta relatividad inoportuna para algunos cambia cualquier cosa, una imagen vale más que mil palabras, valía más que mil palabras, ahora hay imágenes por todos lados, hay más imágenes que palabras. Esta era comienza a estar hueca porque sólo está rellena de imágenes, la palabra es excepción y excepcional, lo debe ser, pero son tiempos tan revueltos y vacíos que tan vana suena una imagen como mil palabras, como mil palabras dichas, por ejemplo, por Barack Obama.
Palabras hay muchas, algunas extraordinarias, como las de los Diarios de Kafka, 27 de mayo de 1914, casi cien años atrás:
Seguid danzando, cerdos; ¿qué tengo yo que ver con ello?[3]
Mientras, el Presidente del Mundo continúa con su arenga, también un 27 de mayo, de ahora, de 2012, casi cien años después:
Nuestra nación tiene una deuda con nuestros héroes caídos que nunca podremos saldar completamente, pero podemos y debemos honrar su sacrificio. Recordemos que su valentía, su generosidad, su devoción al deber es lo que ha sostenido este país durante toda su historia. Recordemos que las bendiciones que disfrutaron los estadounidenses tuvieron un gran costo. Nuestra presencia en una sociedad libre ofrece testimonio de su duradero legado.
(de fondo suena Love of Lesbian).
Ahora dicen que hay muchos más universos
infinitos como el nuestro.
Dime si no es para volverse loco,
¿no te sientes más pequeño?[4]
(la música va cesando poco a poco)
Con el paso de los años, mientras comparto mi tiempo con amigos, familiares y vecinos, y pienso en los miembros de mi equipo que tienen una relación con una pareja del mismo sexo y que están criando hijos juntos, y cuando pienso en los soldados y marinos que están en el campo de batalla, aún ahora, cuando el “don´t ask, don´t tell” ya no existe, he tenido que concluir que para mí, personalmente, me parece importante afirmar que las parejas del mismo sexo deben tener derecho a casarse.
Disculpen el lapsus, sigue siendo Obama, en este mismo mes de mayo, pero es otro día, en otro discurso, como si se tratase de una novela sin fin, de nuevo el infinito, unas palabras que pertenecen a otro cuento, a otro cuentista, que pertenecen a un Pride más que a un Proud, pero eso es otra historia, seguramente, una Historia interminable,
todo está vacío. Nada es verdad. Nada es importante.[5]
Volvemos a Kafka, y a sus diarios, otra vez, 22 de septiembre de 1917:
Nada.[6]
De nuevo el silencio...
Si me encontrara cara a cara con el piloto, le perdonaría. No podemos cambiar la historia, pero sí podemos construir la paz. Muchas gracias por permitirme ser parte.
Otro mayo, éste es de 1996, también en Washington, Kim Phúc, la niña que 24 años atrás corría despavorida en busca de ayuda y que fue inmortalizada por la cámara de Nick Ut, es invitada a participar en el Memorial Day de ese año.[7]
También Gori Vicens quiere ser parte en la construcción de la historia, quizás de un mundo mejor, cada instantánea es un grito en contra de la injusticia. Él es visceral e intuitivo, a veces, es completamente irracional.
[1] Martin Luther King, discurso de 28 de agosto de 1963, Lincoln Memorial, Whasington DC, Estados Unidos.
[2] Pet Shop Boys, “Go west”, Very / Further Listenning 1992-1994, Parlophone, 2001. Versión de la canción del mismo nombre de Village People grabada en 1979.
[3] Comunicado del Presidente Barack Obama publicado el 1 de junio de 2009 en recuerdo del 40 aniversario de los disturbios de Stonewall.
[1] Huynh Cong Út, también conocido como Nick Ut, nació el 29 de marzo de 1951, es un fotógrafo de Associated Press. Su trabajo más conocido es una imagen de la niña Kim Phúc, que entonces tenía 9 años, cuando corría desnuda y quemada hacia su cámara mientras escapaba de un ataque cercano de Napalm en Trang Bang, durante la Guerra de Vietnam. Nick Ut tenía 20 años cuando hizo esta foto, ganó el Premio Pulitzer.
[2] Francis Ford Copola, Apocalypse Now Redux, United Artist, Estados Unidos, 2001. Versión extendida del film de 1979 con 49 minutos más de duración que contiene escenas no incluidas en el montaje inicial, como el diálogo que aquí se transcribe.
[7] El 8 de junio de 1972, un avión de Vietnam del Sur bombardeó con Napalm la población de Trang Bang. Allí se encontraba Kim Phúc con su familia. La niña de 9 años corrió fuera de la población quitándose su ropa en llamas, después fue cuando el fotógrafo Nick Ut registró la famosa imagen. Luego el propio Nick Ut la llevaría al hospital, permaneció allí durante 14 meses y fue sometida a 17 operaciones de injertos de piel. Cualquiera que vea esa fotografía puede ver la profundidad del sufrimiento, la desesperanza, el dolor humano de la guerra, especialmente para los niños. Hoy en día Kim Phúc está casada y tiene dos hijos, reside en Canadá, preside la Fundación Kim Phuc dedicada a ayudar a los niños víctimas de las guerras y es embajadora de la UNESCO.
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